Landex es la primera plataforma de España de venta de suelos entre particular y promotor, un marketplace tecnológico especializado, con el que hemos demostrado a lo largo de dos años la rentabilidad del proyecto.
Pero no hemos logrado ganar ningún concurso de startups, cinco convocatorias sin éxito, a pesar de que nuestro marketplace tiene hoy día 1.633 terrenos a la venta en 243 municipios de toda España, con una valoración de mercado superior a los 2.200 millones de euros.
El mercado nos respalda, la realidad nos da la razón, y ambos nos dan la rentabilidad del proyecto. Debe ser que no somos Millennials, y que el mundo de las startup es para aquellos nacidos después de 1981. Y nuestro equipo llegó a este mundo una década antes.
Damos una oferta diferencial a un mercado amplio con el que tenemos una tracción demostrada con vendedores de suelo, compradores y sector, y siempre nos pasan por la izquierda con proyectos, que incluso en algunos casos no han llegado al mercado o han fracasado antes del año de vida.
Demium, Lanzadera, Insomnia, Órbita o SAREB, con todos tenemos una historia, a todos nos hemos presentado, pero nuestra experiencia, el punto de maduración avanzado de Landex o que no seamos treintañeros que solo con una idea ya pidan una valoración pre-money millonaria nos han ido descabalgando de cada convocatoria.
Una de las razones por las que monté Landex fue por Demium. He colaborado con ellos muchos años, soy socio y pese a no cuajar Landex con ellos sigo pensando que es la mejor aceleradora que he conocido. Con ellos aprendí todos los conceptos de startups y con ellos quería desarrollarla.
Lamentablemente, mi convocatoria de Demium fue un fracaso. Si bien el modelo que siempre se había llevado a cabo el ‘Allstartupweekend’ era fantástico, fuimos conejillos de indias de una prueba que nunca se volvió a repetir, el ‘Allstartupweek’, una semana en la que se avanzó menos que en el formato de fin de semana.
A esto se le añadía, que la gran directora de orquesta de la delegación de Valencia, estuvo de viaje esa semana y que justo se puso en marcha un contrato de servicios en el que el CEO de la startup perdía el control de la empresa. Si bien en un supuesto normal de Demium era correcto, dado que los emprendedores llegan sin empresa, sin metodología y sin equipo, en mi caso no quise perder el control y propiedad de la empresa nada más empezar la aventura.
Mi segunda experiencia fue con Lanzadera. Sin duda una de las instalaciones más espectaculares de España para emprender, pero llegamos demasiado pronto; a los pocos meses firmaron un acuerdo con CBRE, por el que actualmente reciben con brazos abiertos a todas las Proptechs.
El modelo Broker en Proptech no encajaba, nos aconsejaban que Landex se dedicara a un modelo de ecommerce de informes de terrenos, pese a mi convencimiento de que no había mercado como para sostener una empresa con esta clase de transacciones.
De un día para otro tuvimos que dejar las instalaciones, en plenas navidades. Si hubiera sido una startup sin fondos y con baja motivación, sin duda habríamos abandonando el proyecto. Pero Landex era una apuesta real, y el mercado nos ha dado la razón.
Con Insomnia tuvimos una colaboración de varios meses, pero la realidad es que Bankia no tenía interés en los terrenos residenciales, así que no pudimos llegar a ser una de sus spinoff.
Recientemente postulamos para el concurso de Órbita de Castellón. Superamos a las casi 200 startups que se presentaron, quedando entre las 10 finalistas. En la última fase la moneda no cayó del lado de Landex y no estuvimos entre los 5 escogidos.
Hace pocas fechas nos presentamos al concurso de digitalización del SAREB. Si bien pasamos a la fase de entrevistas, y pese a ser de las pocas startups de grandes activos que conocemos la parte tecnológica pero también la inmobiliaria, finalmente no fuimos seleccionados. A día de hoy sigo sin tener el feedback de por qué, lo cual me ayudaría mucho a mejorar el proyecto.
Podría dar las típicas causas de que “no es país para viejos”, que los concursos de este tipo no se basan en criterios de economía real, de que tuvimos mala suerte, que sin duda algo de razón tienen, pero la causa fundamental la desconozco, entre otras cosas, porque el feedback de esta serie de procesos es muy escaso.
La experiencia del equipo de Landex, la maduración del proyecto, con un nivel de consolidación alto y facturación demostrable no ha jugado a nuestro favor, a pesar de que pueda parecer un activo. Será que no “molamos”, pero si de algo estoy convencido es de que las startups no son sólo para Millennials, y en Landex lo demostramos cada día.
Augusto López, CEO de Landex